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Blog de Victoria Vázquez R.

DE CLASES PASIVAS Y OTRAS CONFIDENCIAS

 

¿Tiene sentido que las páginas del blog den cobijo a las confidencias de un jubilado? No lo sé, la verdad. Pero, en cualquier caso, me acojo a ese cajón de sastre que se titula De todo un poco, para enjaretar algunas reflexiones que, desde esta tierra de nadie en la que algunos acabamos de ingresar, nos vienen al magín. Y les puedo asegurar que no escribo a humo de pajas (con perdón), porque ya he tenido tiempo de sobra para poner en pie algunas consideraciones sobre el nuevo estado.

Para empezar, he de decir que no siento la más mínima nostalgia de mi vida activa, si no es aquella que se deriva de haber sido más joven e irresistible. Es más, últimamente he podido comprobar, con cierta aprensión, que en mis paseos terapéuticos trato de evitar, dando un rodeo, cualquier tipo de centro educativo, pues me produce pánico el griterío de las bestezuelas que en los patios de recreo se desbravan y desbravan a hostias a sus congéneres Y, en los pocos sueños de los que soy consciente -porque hasta los sueños conscientes menguan con la edad, como todo lo demás, así, como el que no quiere la cosa- pues en esos sueños, digo, una de mis pesadillas recurrentes es que entro en un 1º C, ya saben, uno de esos cuya composición variopinta y multiétnica convierte el acto educativo en una de las experiencias más gratificantes e inefables de que puede disfrutar un docente. Añadan a eso que no he de asistir a claustros donde no eran raras las escaramuzas de lucha grecorromana –entonces puramente dialécticas, hoy vete a saber hasta dónde puede haber llegado la riada-, que no de he de corregir exámenes, sin duda una de las experiencias más embrutecedoras de la profesión, y que no he de aparecer por las tediosas y surrealistas reuniones del Equipo Técnico de Coordinación Pedagógica, pomposa denominación de la nada más insondable, pues ¿qué quieren que les diga?, el balance es netamente positivo. Añadan, porque se me pasaba, la fastuosa programación de principios de curso, aquella misma que los jefes de estudio nos demandaban con premura porque, según parece, de ella dependía la educación patria, y cuyas dimensiones aumentaban de año en año paralelamente a la degradación del sistema educativo. Pero la Consejera erre que erre, que con menos de tres kilos no se conformaba. Que el tamaño sí importaba, y en ese plan. Y, por último, last but not least, la Memoria Final de Curso, aquella catarsis colectiva a la que nos entregábamos la grey docente, seguramente por el puntito de perversidad de que era portadora, pues ya se sabe que los caminos del divino Marqués, como los de Dios, son inescrutables. Y en fin, allá cada uno con sus parafilias, pero tengo que confesar que a mí me ponían de muy mala leche. ¿Y eso es todo? En modo alguno. Pero como lo que sucedía en el interior de las aulas es asunto que de puro trillado ya resulta cargante, lo dejamos para mejor ocasión. Por el momento, baste decir que muchos no dejábamos de preguntarnos –con un punto de idiotez, eso sí- “¿pero qué he hecho yo para merecer esto?” Y sí, habíamos hecho cosas, o, por mejor decir, habíamos dejado de hacerlas. Pero para no parecer prolijo, lo dejo para otro día.

To be continued

1 comentario

José Francisco Durán Medina -

Perdonad que escriba aquí, que quizás no sea el sitio adecuado, pero es la única manera de contactar con vosotros.
Soy un profesor de Magisterio de la Universidad de Castilla La Mancha, en Toledo. Estoy realizando actualmente una investigación para poder completar mi tesis. Trata sobre la utilización de los Blogs en Educación, o como prefiero llamarlo, sobre los Edublogs.
Para poder llegar a algunas conclusiones generalizables necesitaría que colaborarais conmigo. Y es para esto para lo que solicito vuestra ayuda. En principio simplemente se trataría de rellenar un brevísimo cuestionario por parte del profesor creador del Blog y de sus alumnos/as valorando la influencia de su edublog en algunos aspectos educativamente importantes.
Por favor, si están dispuestos a colaborar, les ruego me escriban un email a JoseFrancisco.Duran@uclm.es para que les pueda enviar en un archivo adjunto el cuestionario y luego me lo devuelvan relleno.
Muchísimas gracias.
En Toledo tenéis un amigo (y aprovecho para invitaros a visitar esta preciosa ciudad).
Un abrazo.