¿Por qué este agobio del mes de junio?

¿A qué viene esta tristeza de fin de reinado?

¿Porque todos los años

por esta agónicas fechas

una gélida mano se me posa en el corazón

para dejarme la ominosa sospecha

de que casi todo fue inútil,

de que todo fue pretenciosa vanidad,

en un mundo regido por el más necio azar,

o, en todo caso, conducido por una lógica que no entendemos?

En otras ocasiones siempre me dije:

bueno pues ahí me queda septiembre,

para deshacer los entuertos cometidos,

los proyectos no desarrollados

o prever las malvadas zancadillas

e inocentes sabotajes

de mis queridos niños.

 

Pero no te engañes

Porque lo que en realidad te agobia

es la certeza de que tu valija

de oportunidades llegó a su fin

en un tiempo irrepetible

que no admite rectificaciones.

2 comentarios

[Roberto de Saint-Loup - 19 de junio de 2007 - 22:19]

Amigo Carmel de la Punté: aunque no acabo de penetrar todo el intríngulis de su críptica andanada, sí estoy de acuerdo en que, a veces, es preciso refrigerar el verbo. Pero, aparte de que a mí me cuesta la vida, le confieso que en este caso ni lo he intentado.Supongo que, como muy bien dice, son cosas del equinocio. Por lo demás, dudo que algun vez mi verbo se torne carne. Un fraternal saludo.

[Carmel de la Punté - 19 de junio de 2007 - 13:00]

Amigo Roberto, por la separación de sus renglones intuyo que necesita refrijerar su verbo, para que si alguna vez se le torna divina carne no se le churrasque. Nos pasa a todas próximo ya el equinocio Sanjuanero.

Refrijere, monsieur, refrijérese.

Un salud